Salon Oval, Danza Avanzada

Abrí la puerta con cautela, a la mano la bolsa que tanto me gustaba con la cara de la gatito de moño rosa mas conocida del mundo, donde se guardaba mi ropa y los zapatos.

Cómo sería mi profesor, me cuestioné mentalmente al separar la mano de la cerradura plateada. No había tenido oportunidad de conocerle cuando vine a conocer la escuela, pero la directora del Colegio había hablado maravillas de su capacidad como instructor y de lo afortunada que era de haber conseguido, tras un año en lista de espera y haber acudido al examen de danza, de haber sido seleccionada para aspirar a la maestría, que igual con mucho esfuerzo, al fin, fue un triunfo ser escogida como única alumna del profesor. Bienvenida al verdadero calvario, había sido la felicitación de la altísima y elegante ex prima ballerina que regía el instituto, sería el maestro era bastante estricto?.

Cerré de lleno la puerta quedándome recargada de esta, observando con curiosidad el amplio e iluminado salón, que mas allá se abría a un area de terraza si así podía llamársele, donde al parecer uno podía practicar a la luz de día los ejercicios con una plataforma pequeña a la usanza de escenario.

- Buenos... días - llamé con cautela, dando un par de pasos dentro del salón pero aún sin despegar la mano del pomo de la puerta. Quizá me había adelantado demasiado, pensé mirando mi reloj de correa café, faltaban todavía 20 minutos para comenzar la clase, pero al no ser de la ciudad, pues solo estaría aquí el tiempo que duraran las clases, no había querido arriesgarme a llegar tarde.

Al llegar a la academia saludé cordialmente a mi pupila que se encontraba presente. Había llegado un poco temprano, pero eso no importaba, me alegraba saber al menos, que no lo hice tarde.

---Flashback---

Hoy no parecía ser un buen día ... Llovía y en la carretera, una gran fila de vehículos se encontraba en espera. Temía por no llegar temprano, ya que a este paso nada parecía avanzar...
Sin embrago, no podía hacer eso, mi nueva alumna esperaba mi llegada.

---Fin Flashback---


Afortunadamente todo resultó bien, un poco empapado pero bien.

Ingresé a vestidores y allí me vestí con mi calza de baile blanca y mi playera celeste. Ajusté un poco las vendas de mis tobillos para resistir la presión.

De inmediato me dirigí al salón en busca de esta nueva dama que acompañaría mis pasos en escena.

Junto a la puerta del salón principal, me aguardaba.
A través de su mirada logré distinguir que guardaba timidez en el fondo... Por ello, le sonreí quería alejar sus temores aunque esto no sería fácil, suelo ser demasiado exigente.

-Adelante...Por favor, pase. ¡Seais Bienvenida! - Pronuncié sonriente...

-Adelante...Por favor, pase. ¡Seais Bienvenida! -

Me sorprendió! Que voz, seguro que si era muy estricto! No pude verle enseguida proque estaba de espaldas, pero cuando volví la vista por poco y se cae la bolsa de las manos. Este... este era el profesor?! Pero si era creo que de mi edad o se conservaba endemoniadamente bien y no solo eso, sino que era... era guapísimo. No pude evitar admirarlo de pies a cabeza durante unos breves instantes en los que permanecí en silencio, demasiado impresionada para contestar.

- Bu... enos días - conseguí, no sin cierto esfuerzo balbucear al fin, recriminandome internamente por la segura mala impresión primera que debí haberle causado. El estaba ya preparado para comenzar la instrucción y me sentí en clara desventaja todavía vestida con los jeans azules y la camisa blanca de botones, se me había hecho lo mas correcto acudir primero vestida de modo que diera una nota de semiformalidad antes de comenzar la clase, pro eso también me había recogido el pelo en un apretado moño del que alguno que otro rebelde mechón se escapaba.

- Disculpe si no me he cambiado... profesor - me dio cierta pena pronunciar esa última palabra, se me hacía extraño, sentía casi como si estuviera reverenciando a un compañero - es que no sabía con que comenzaríamos - expliqué con voz suave, bajando los ojos que pasearon por los zapatos de mi interlocutor, dioses, hasta sus pies eran hermosos! - Pero disculpe mi torpeza - exclamé cayendo en cuenta de que no me había presentado debidamente - Mi nombre es June, es un placer al fin conocerle, he oido tanto de usted - a mis palabras acompañó la diestra extendida en su dirección y una sonrisa, contra mi voluntad, también un suave rubor de las mejillas.

Me acerco con soltura hasta ella hasta tomar suavemente su mano, la miro a los ojos

--me da mucho gusto conocerte June, y estoy muy contento que estes en mi clase, no te perocupes te cambiaras un poco mas tarde, por ahora quisiera ver tus habilidades--

la dejo por un momento para ir al otro lado del salón donde se encuentra el equipo de sonido, coloco un cd y pongo una melodia suave , regreso a donde se encuentra y le extiendo mi mano mientras hago una reverencias

--Me concedéis el honor de deleitarme con un baile--

--me da mucho gusto conocerte June, y estoy muy contento que estes en mi clase, no te perocupes te cambiaras un poco mas tarde, por ahora quisiera ver tus habilidades--

Dejé salir discretamente el aire cuando despues de saludarme salió al otro lado del salón, al menos no me había avergonzado a mi misma con una mala primera impresión, solo no entendía como era eso de mostrar msi habilidades si no estaba adecuadamente vestida. Parpadeé un par de veces abandonando esos pensamientos cuando escuché el salón llenarse de música, suave y delicada como seda vuelta notas que me hizo sonreir.

--Me concedéis el honor de deleitarme con un baile--

Magia... él tenía magia, en ese momento lo supe, la magia de transformar lo mundano y corriente en un ejercicio de belleza sublime. Correspondí como si fuera una princesa a la reverencia, extendiendo con gracia la mano para tomar la suya.

- El honor es mío - devolví con la voz suave y los ojos brillantes, acercandome para colocar con cautela la mano sobre su hombro, mirando al piso para colocarme correctamente frente a él, subiendo los ojos al final. Me faltó casi el aire al hallar esos zafiros que se medio ocultaban en algunos rebeldes mechones dorados y un estremecimiento delineó mi espalda cuando comenzamos a danzar por el salón, reflejándose en los espejos las graciosas figuras que se iban formando con nuestras siluetas encontradas.

Mi corazón no dejó de latir con fuerza ni un solo instante.

Sostengo suavemente su cuerpo en mis brazos, le sonrio mientras comenzamos a movernos al ritmo de la musica, las notas suaves inundan aquella estancia mientras puedo sentir la gracilidad de aquel cuerpo que se encuentra entre mis brazos, suelto su cintura por un momento para hacerla girar y admirar el porte que tiene al realizar estos movimientos.

La musica termina y nos detenemos aunque la mantengo junto a mi por unos momentos viendola a los ojos, me separo y hago una pequeña reverencia.

--Ha sido un placer--

regreso al otro lado del salón y apago el equipo de sonido.

--Me has impresionado, es mejor que te cambies para que podamos comenzar con la clase--

Al principio estaba nerviosa, pero era tan fácil seguirle que poco a poco me relajé, casi olvidándome por completo de que esta era mi clase y él mi profesor, me hizo sentir como si fuera una adolescente en su primer baile. El corazón me latía con fuerza, estaba acalorada, afiebrada casi, las mejillas rojas. y entonces la música se detuvo despertándome de mi ensoñación. Qué me pasaba? Me sentía casi pillada en una travesura luego de quedarme viendo como tonta sus ojos azules, acción en la que hubiera continuado de no ser porque, siguiendo las formas de cortesía debidas en un caballero, se separó con una reverencia.

--Ha sido un placer--Me has impresionado, es mejor que te cambies para que podamos comenzar con la clase--

- Por supuesto - contesté con cierto nerviosismo, retirándome hacia los vestidores, de donde volví lo mas rápido que pude, luego de haberme recogido bien el cabello y cambiado la ropa por las mallas rosas y el leotardo fucsia, mis zapatos de calle fueron reemplazados por los que llevaba para la clase.

- Estoy lista! - exclamé nada mas volver, quizá con demasiada emoción. - Estoy lista - repetí ya en mejores formas - profesor. - Bajé los ojos, la cabeza no, pues aunque estuviera nerviosa, tenía que conservar el porte de la bailarina que era - Cómo quiere que comencemos? - eran solo los nervios del primer día, solo eso, seguro que al fin de la mañana o cuando me hubiera gritado por primera vez se terminaría esta sensación de embelesamiento que por él experimentaba, pero si apenas lo acababa de conocer, que me pasaba?!

La veo regresar lista para empezar la clase, no puedo mas que admirarla por un momento, se ve hermosa, le sonrio y me acerco

--vamos a calentar--

tomo suavemente una de sus manos

--Yo te ayudare con los ejercicios--

Ahi estaba de nuevo esa misma sensación de electricidad corriendome por dentro de la cuando mi profesor tomó mi mano para comenzar la clase. Suspiré disimuladamente antes de comenzar a ejecutarlos.

Segura estaba de que en poco tiempo, nada mas me reprendiera por ejecutar mal los ejercicios, mi fascinación por su persona pasaría, pero estaba equivocada. Aun cuando en la primera sesión me reprendió un par de veces hasta casi el punto de asustarme resultó muy al contrario, que mi interés por él aumentó, tanto que me di cuenta un día de lluviosa primavera que secretamente estaba prendada de mi profesor, quizá lo había estado durante todos los meses que lelvaba ya en su clase, cercana a terminarse.

Al abrir la puerta fue como tener dejavu del pasado, sin embargo me encontraba con una diferencia, estaba mojada por completo, escurriendo agua el cabello rubio, pegado en desordenados mechones inclusive y llegaba tarde.

- Buenos días - saludé aptropelladamente nada mas entrar - lamento llegar tarde profesor, es que el autobus se ha descompuesto y luego.... - respioraba agitadamente - he caminado y.... - cada que inspiraba atraía la atención sobre mi pecho, dentro del que brincaba el corazón desaforado, no solo pro la carrera, sino por su presnecia - ademas... llueve a cántaros.

La miré sorprendido. Afuera caía una torrencial tormenta,no pensé que viniese pero allí se encontraba, presente, sonriente y dispuesta. Esa era una de las cualidades que más amaba de ella.

Los meses habían transcurrido y su técnica mejoró considerablemente, sus giros eran precisión y encanto, sus gestos belleza, no existía casi nada que pudiera enseñarle, llevaba el talento oculto en su ser.

-Niña ... ¿¡qué formas son estas de presentarte!? (pronuncié fingiendo disgusto, pues a decir verdad,admiraba este detalle donde me permitía descubrir su pasión por el baile) Por favor ve a cambiarte de inmediato,no quisiera, te enfermaras, dentro de unos días tenemos la presentación .

Algo sonrojada y tímida siguió mis indicaciones y luego de algunos instantes regresó al salón.

-¿Comenzamos? pregunté colocando la música que acompañaría nuestros movimientos.

Extendí mis brazos y ensayé algunos giros cerrados.

La música era inspiración en mi, ella lo sabía.Sin aguardar orden alguna se dirigió a la barra.

Transcurridos algunos minutos intentó incorporarse a mi danza pero la detuve :

-Casi eres la primera bailarina ¿cómo podrías no saberlo? (mis azules ojos se detuvieron firmemente en ella)

Me dirigí a uno de los rincones del amplio salón, tome mi abrigo y allí me senté. Sus ojos parecían no entender nada, solo guardaba silencio…

_¡Acércate, niña!.No puedes bailar en frío esa es la regla de oro que todo bailarín conoce. Estuviste mucho tiempo, bajo la lluvia y aunque hubieras ensayado los ejercicios maestros, tu cuerpo no alcanzó aún el calor suficiente para las exigencias de esta danza .

Desde mi lugar, le extendí los brazos y pedí:

-Ven a mi, te brindaré el calor que tu cuerpo necesita ...

Despues del faux paus de la lluvia y mi llegada hecha una sopa, fue como un rayo de sol en medio de la fria brisa la broma que me gastó, misma que me causó uan sonrisa mientras me cambiaba en el vestidor, un alivio también quitarse la ropa mojada, que tuve incluso que escurrir al igual que mi cabello secarlo con una toalla de tan empapados que estaban.

Nada mas volver me apresuré a realizar un ultrarrápido calentamiento para integrarme luego a perfeccionar la rutina del recital a su lado, pero me detuve subitamente cuando sus pupilas se clavaron en mi y su voz se deslizó casi como una involuntaria caricia por mis poros.

-Casi eres la primera bailarina ¿cómo podrías no saberlo?

No saberlo era la clave, me quedé parada en medio del salón escuchando de telón de fondo la lluvia caer contra las baldosas y la ventana mientras se sentaba en el piso, al rincón para ser mas exactos.

_¡Acércate, niña!.No puedes bailar en frío esa es la regla de oro que todo bailarín conoce. Estuviste mucho tiempo, bajo la lluvia y aunque hubieras ensayado los ejercicios maestros, tu cuerpo no alcanzó aún el calor suficiente para las exigencias de esta danza .

Ah, vaya, iba comprendiendo, una lección mas del Profesor Hyoga, solo que su método había sido distinto esta vez, por lo general solía llevarme sobre la marcha corrigiendo mis problemas de la postura, el mentón hacia abajo, los ojos en el piso y toda esas gama de errores que uno no puede evitar a veces, en mi caso provocados muchos de ellos por su cercanía. Me preguntaba que pensaría si me viera ejecutar con facilidad cuando me encontraba a solas, cosa que al principio me costaba algo por mera razón de su presencia.

-Ven a mi, te brindaré el calor que tu cuerpo necesita ...

Al mismo tiempo que parpadeé incrédula, me brincó el pecho de modo inusual, emocionado sería la palabra correcta. Me sospeché que podía ser algo que distaba mucho de las ideas raras que me cruzaba por la cabeza, todas ellas tendientes a un apasionado intercambio de besos y abrazos, que iban subiendo de intensidad paulatinamente. Tuve que sacudir la cabeza y echarme aire con la mano para disimular un tanto el sonrojo que se apoderó de mi, ocasión en que sus ojos fijos en mi, teminaron de hipnotizarme y no hubo ya para mi mas remedio que avanzar con la mano extendida hasta donde se encontraba.

Coloqué con exquisita finura mis dedos sobre los suyos, un agradable hormigueo corriendo por la piel al contacto, lo que me orilló también a que, prendada como estaba de sus ojos y su tacto divino casi, me arrodillara enfrente suyo dejando que mi cuerpo se refugiara entre sus brazos con un encantador movimiento. Mis brazos se elevaron lo suficiente para rodear su cuello y refugiar la frente próxima a la suya. Había uan vocecita dentro de la cabeza que me gritaba que aquello no era correcto, pero se sentía maravillosamente bien, casi como un sueño vuelto realidad.

- Profesor... - no sabía exactamente que iba a decir, pero tuve necesidad de pronunciar su nombre al tiempo que elevaba ligeramente la cabeza, mis labios sonrosados cercanos a los de él - Hyoga... - era una frase hilada, pero me tarde tanto en completarla que sonaba como si estuviera llamandolo por su nombre nada mas.

la veo como se acerca, tomo su rostro entre mis manos para acariciar sus mejillas que aun se encuentran frias a causa de la lluvia. deslizo una de mis manos a su nuca para guiarla hacia mi haciendo que apoye su cabeza en mi hombro, mi mejilla se queda junto a la suya. Rodeo suavemente su cintura con mi mano

--No deseo que por un descuido terminaras con una lesión, especialmente porque si te lastimas no podría verte bailar, y deseo verte hacerlo en todo tu esplendor--

dejo su nuca para que mis manos empiecen suavemente a frotar sus brazos para darle calor, recorro su espalda y la acerco mas a mi para darle mi calor a su cuerpo, froto suavemente sus piernas, suavemente mi calor empieza a rodearla mientras aun permanece cercana a mi cuerpo

Mis mejillas se tornaron de color carmín al primer contacto, al segundo mas, casi como el preludio de un beso, mis labios se humedecieron ansiosos, tornándose en una linea recta luego cuando hizo que apoyara la cabeza en su hombro, casi sentí vergüenza entonces, cómo pudo ocurríseme que quería besarme?

Citación :

--No deseo que por un descuido terminaras con una lesión, especialmente porque si te lastimas no podría verte bailar, y deseo verte hacerlo en todo tu esplendor--

Su voz ronca me orilló a cerrar los ojos, intensificándose así la sensación de sus palmas cálidas, que hacían arder la piel aun a traves de la finura de la tela, provocando que bullera en mi interior una vez mas, como tantas veces lo había imaginado en mis sueños, el deseo de que sus manos acariciaran mi cuerpo libre de vestiduras. Mi respiración se hizo trabajosa, haciendo que me sintiera casi delatada de los insentatos pensamientos que se me ocurrían.

- Gra...gracias - alcancé a decir torpemente mientras levantaba la cabeza, que chocó con suavidad contra la suya que apuntaba hacia abajo, concentrado en pasearse para dar calor por mi silueta, muy tarde, demasiadas brasas, los labios accidentalmente se habían rozado con los suyos aquel segundo, proovcando que luego me retirara un poco, cubriéndolos con la mano, sintiendo correr en estos el calor de los suyos, ardiendo en la mirada el fuego que me recorría por dentro. Inspiré hondo, rozandose los senos contra su pecho de cercanos que estábamos.

- Profesor Hyoga... yo... - la mano se retiró de los labios y estos se humedecieron con una mezcla de nerviosismo y sensualidad.

puedo ver el rubor de sus mejillas, y luego puedo sentir el roce de sus labios contra los mios, no puedo evitar senrir cierto interes al ver sus labios, mi mano va a su rostro y deposito mi mano en su mejilla, acaricio la suave piel de su rostro, mi pulgar pasa suavemente por sus labios humedos, la miro directamente a sus hermosos ojos, la atraigo lentamente a mi pero me detengo, la aparto un poco


--creo que es suficiente, es mejor que empecemos ahora--

me termino de separar de ella y me levanto dejando el abrigo a un lado, le extiendo la mano para ayudarla a pararse

--vamos tenemos mucho que practicar--

Mis pestañas bajaron lentamente al tacto de la suave caricia que dejó sobre mis labios, solo impedido el que se cerraran por causa de sus ojos, que capturaron los mios casi como obligándome a mirarle. Una especie de suspiro escapó de los labios cuando me acerca a sus labios, que s econvirtió luego en un halo de decepción cuando se alejó.

Citación :

--creo que es suficiente, es mejor que empecemos ahora----vamos tenemos mucho que practicar--

Me limité a tomar su mano y asentir con la cabeza, una agridulce sensación recorriéndome por dentro durante el tiempo que duraba la clase.

- Profesor, no le importa si practico en el escenario esta tarde? - pregunté al finalizar aquella - me gustaría acostumbrarme a la distancia - me encogí de hombros sin mirarlo, el incidente de antes de comenzar la práctica seguía rondando en mi cabeza.

termino la clase y la veo lista para retirarse, pero su semblante a cambiado esta de alguna manera triste

- Profesor, no le importa si practico en el escenario esta tarde? me gustaría acostumbrarme a la distancia -

--por mi no hay inconveniente, estare esperandote para ayudarte en lo que necesites--

me acerco y tomo con suavidad a su mano y la beso, para despues retirarme de aquel lugar.

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Horas mas tarde.

Espero pacientemente a que ella aparezca aqui en el escenario, no voy a decir que lo que paso en la mañana me es indiferente, ahora que estoy mas tranquilo espero verla llegar pronto y que pueda verla bailar

No tenía ganas de ir. No después de lo que había pasado en la mañana y de que me dijo que estaría esperandome, no queria verlo luego de casi haberlo besado, además necesitaba tranquilidad para poder practicar los ejercicios en el escenario y no la iba a conseguir estando con él, así que... llegué mas tarde. Mucho mas tarde. Afuera las luces de la ciudad comenzaban a aparecer en cada esquina dando señas que la noche llegaba, pero dentro del escenario no había noche que valiera, estaban las luces del estrado encendidas en modo tenue, así que perfectamente se podía practicar.

Dejé mi adorada bolsa de Kitty detrás del telón, practicando los primeros pasos que debía llevar a cabo en la presentación, ejecutando con atención a todas sus instrucciones, me sentía confiada y segura de lo que hacía, esto claro hasta que fallé en una vuelta y caí al piso. No había dicho ya que me robaba la concentración?! Pues estaba en lo cierto, estaba ahí sentado en una de las butacas, tan a la esquina que no había podido verlo inmediatamente.

Avergonzada, me levanté todo lo rápido que me fue posible.

- Me ha dado un susto de muerte! - exclamé ya de pie, levantando la pierna para frotarme el tobillo que me había quedado dolorido por la caida.

la veo bailar desde el lugar donde me habia quedado esperandola, cuando vi que se habia caido me apresure a ir a donde estaba, la observo sobarse en donde se ha golpeado

--Quedate quieta ordene--

me acerque y sin mucha dificultad la levante en brazos y la lleve a una de las butacas y la deposite en ella

--No debiste pararte tan rapido no sabemos si el golpe pudo haberte lastimado--

quito con suavidad la zapatilla de su pie lastimado, mis dedos recorren suavemente su tobillo y su pie, lentamente palpando los musculos y revisando los huesos, mi tono de voz se suaviza

--sabes que me preocupo por ti, si soy algo estricto contigo es porque...--

Citación :

--Quedate quieta ordene----No debiste pararte tan rapido no sabemos si el golpe pudo haberte lastimado--

No supe que me sobresaltó mas, la orden firme como siempre que me hacía practicar hasta el cansancio o que en menos de lo que pude contestarle ya me hubiera levantado del suelo causando otra vez ese reguero de fuego por mi piel y que me avergonzara a mi misma gimiendo bajito cuando sus dedos se deslizaron por mi tobillo, tuve qu respirar profundamente tratando así de calmarme, pues su voz suave solo consiguió elevar unos cuantos grados mi temperatura.

Citación :

--sabes que me preocupo por ti, si soy algo estricto contigo es porque...--

- Por qué? - fue un reflejo la pregunta en razón de que sus palabras se quedaron a medias, momento en que mis ojos se posaron en los suyos y me incliné ligeramente hacia adelante aguardando respuesta hasta antes de darme cuenta que lo miraba fijamente; mis mejillas tomaron color entonces haciendo que me retirara un poco, recargandome contra la butaca - quiero, decir... no me importa si es estricto conmigo, he perfeccionado mucho mis técnicas gracias a sus enseñanzas. - sonreí un poco, colocando mi mano sobre la suya a modo de agradecimiento.

me encontre nuevamente con sus ojos y me quede en silencio un momento, termine tomando nuevamente su zapatilla y con mucho cuidado empece a ponersela nuevamente, ajustandola ya segurandola. Acaricie su rostro y sonrei

--Vamos yo te ayudare--

la tomo de la mano y la llevo de nuevo al escenario, me coloco a sus espaldas y paso mi mano por su cintura listo para practicar el Pas de deux

--Estas lista--

le hablo suavemente a su oido

Fue un interludio extraño en el que volvió a colocar mi zapatilla, en que me hizo sentir como una chiquilla y quizá no tanto como eso, haciendo que mis ojos se cerraran un segundo cuando su mano acarició mi mejilla.

Citación :

--Vamos yo te ayudare--

El corazón me latió con mas fuerza de la habitual cada que me tocaba, tanto que tuve que esxhalar para volver a tomar aire.

Citación :

--Estas lista--

Cerré los ojos y un suspiro tímido escapó de mi boca entonces, provocando que incluso mis mejillas se volvieran de color carmin y que humedeciera los labios. Recordé entonces la escena de una película donde una chica que vacacionaba aprendía a bailar ritmos latinos con un chico malo que trabajaba en ese sitio, por un momento desee ser como ella pero...

- Estoy lista - respondí en tono bajo buscando su mirada. Quería preguntarle aun por el final de la frase que había dejado a medias, pero no me atreví, lucía tan concentrado en los ejercicios que dudaba que inclusive me fuera a escuchar.

Al paso de los minutos mi tobillo siguió punzando de cuando en cuando pero lo disimulé continuando con los giros, no quería defraudarle por ningún motivo aun cuando sabía que debía detenerme aunque fuera unos cuantos minutos para asegurarme que no se convertiría en una lesión importante. Como quiera que fuera ya no hubo tiempo de eso, cuando tuve que apoyarme por completo sobre la pierna me dolió tanto que volví a irme contra el piso, esta vez, con todo y mi profesor, que cayó sobre mí. Noté entonces que la reacción innata de sostenerme para no caer había hecho que mis brazos rodearan su cuello.

estaba atento a su rostro por lo que cuando empezo a caer no estaba en una posición adecuada para evitar la caida, abrazo cu cuerpo con una mano para evitar que se lastime y con la otra intento detener la caida.

Ambos terminamos en el suelo, mi rostro queda a pocos centimetros de la suya, y me dejo atrapar por sus ojos por un momento, y me pierdo en ellos, una de mis manos acaricia suavemente su frente

--Tan hermosa--

dejo que mis labios se acerquen a los suyos y termino uniendome con ellos en un suave beso, disfruto del contacto de esos labios por un momento, no se si pasaron minutos o segundos, recuerdo donde estamo, me separo de ella y me siento en el suelo

--te encuentras bien?--

veo que su tobillo ha empezado a inflamarse

--Niña descuidada, si te dolia debias habermelo dicho--

estoy molesto, pero mas que con ella conmigo por dejarme llevar y no haberme percatado de su lesión, vuelvo a tomarla en brazos, decido llevarla a la enfermería, camino por aquellos pasillos hasta llegar a esa habitación, hay una cama al fondo donde se atiende a los alumnos, la deposito suavemente ahi y voy por una compresa fria, vuelvo a quitarle la zapatilla y pongo el frio material sobre el esperando que la inflamacion baje

Sus ojos me embrujaron como a los marineros los canticos de las sirenas; simplemente no podía apartar la mirada de él, ni siquiera moverme. Sus manos recorriendo mi rostro provocaron que mis labios se entreabrieran.

--Tan hermosa--

Indescriptible, única, maravillosa, así fue la sensación de aquel beso. No solo fue inesperado sino que además fue tan suave como una pluma, que esta vez fue distinto, pues duró varios segundos pero igual que el anterior me dejó con un vacio sin par al separarse.

--te encuentras bien?----Niña descuidada, si te dolia debias habermelo dicho--

Ha vuelto a regañarme como mi profesor que es, no solo eso se nota ofuscado pro lo acontecido en el escenario. Permanecí callada durante un rato, solo percibiendo como el frio va aminorando el dolor en el tobillo.

- Discúlpeme - conseguí decir al fin en un hilo de voz - pondré mas cuidado la próxima vez, se que el final del curso esta muy pronto y que debo poner cuidado en mis ejecuciones - comencé a recitar como niña regañada - mañana lo haré bien. - bajé los ojos hasta sus manos que seguían atenfiendo mi tobillo, acercándome para sostener la compresa helada c yo misma - yo lo haré, gracias, no tiene que molestarse tanto por mi - seguía evitadno encontrarme con su mirada, me sentía muy confundida a causa del beso.

mantengo mi mirada en su tobillo buscando alguna lesion grave, por suerte parece que no paso a mayores, estoy ensimismado pensando en lo que acaba de ocurrir que no vuelvo a la realidad hasta que lla oigo decir

yo lo haré, gracias, no tiene que molestarse tanto por mi

su mano toma la compresa fria

--para mi no es una molestia, pero una lesion grave podria afectar tu futuro como bailarina y yo no me perdonaria que eso pasara por un descuido mio, porque...me importas mucho--

levanto mi vista para encontrarme con sus ojos y expresando mi sincera preocupación por ella

porque...me importas mucho

Sonaba casi como si de verdad fuera alguien especial para él, tanto que tuve que levantar el rostro para mirarlo, de nuevo irremediablemente perdida en la inmensidad de sus ojos azules. No fue sino hasta luego de un rato que noté que le miraba fijamente, alejandome un poco al percatarme.

- Ah... - rei un poco, nerviosa - seguro que le dice eso a todos sus alumnos - traté de que mi sonrisa se hiciera mas natural, pero apenas y lo consegui.