Clase de musica (a reganadientes)

No podia negarlo aunque quisiera, aquel hombre me gustaba de una forma increible; sus estocadas que de tanto en tanto se volvian rudas me agradaban sobremanera y no deseaba que aquellos momentos terminaran. No exagere en absoluto cuando le dije que era un amante excelente pues hasta ahora nadie habia logrado despertar en mi estas sensaciones con tal intensidad y tal vez, solo tal vez, el tambien estuviera sintiendo algo parecido. Dificil de saber debido al tono burlon de sus palabras.

El pasar o no la materia me era ahora totalmente indiferente, no era ese el motivo por el que le habia provocado hasta llegar a esos limites, sino en un principio por hacerle rabiar un poco pero principalmente porque me gustaba mucho, le encontraba atractivisimo y queria saber si bajo ese caparazon se encontraba el hombre tan sensual que ahora estaba descubriendo y me alegraba ver que no me habia equivocado, si bien su manera de tratarme era algo ruda, pero como no voy a romperme en dos....

-Me tendras dia y noche...? -respondi jadeante-.... mi querido profe... no es usted un hombre muy ocupado?

Tome su rostro entre mis manos y lo bese apasionadamente casi hasta el punto de asfixia mientras no me perdia ni una sola de esos deliciosos vaivenes dentro de mi cuerpo y que hacian que todo mi cuerpo se estremeciera.

Sí…- susurro intimidante- Noche y día, aquí, en mi oficina, en la biblioteca, en todas partes- entro y salgo de él de una manera impresionante sintiendo mi pecho acelerado y perdiendome ante aquel beso que me da, que me excita más, que me deja mil espectativas dandome a entender que se entrega por completo a mi cosa simplemente fascinante- Aceptarás tomar por siempre este tipo de clases amor?-susurro la ultima palabra casi sin pensarlo- dime que vendrás siempre… todos los días depués de tus demás clases… dimelo cariño…- jadeo volviendolo a colocar contra la pared para poder degustar la suavidad de su cuello, bajando más hasta sus pezones, mordisquenadolos con deseo, alejandome tan solo ver la sensualidad de sus gestos, nos alejamos de ese lugar, lo cargo llevandolo hasta el piano, lo siento y le sonrío con dulzura acariciando su rostro haciendo que todo este momento sea perfecto, salgo de él lentamente atrayendo su cuerpo, haciendolo bajar hasta quedar ambos parados, viendonos, rozandonos y besandonos, le doy vuelta de la más dulce manera, acariciando con mis dedos su perfecta espalda, acorralando mi cuerpo con él suyo, temblando ante la idea de poseerle en el piano, recargo su cuerpo por completo y entro en él lentamente sin ninguna dificultad dejando mi miembro a la mitad del camino susurrando palabras de amor a su oido, cosas que nisiquiera pensé decir jamás pero que sentía una tremenda necesidad decirselas…

Aunque oia perfectamente bien lo que me decia, de mi boca tan solo escapaban gemidos que eran provocados por todas las atenciones que me prodigaba aquel perfecto hombre. Su tono de voz que trataba de sonar intimidante para mi lo hacia aun mas sensual de lo que ya de por si era.
Sus manos de pianista recorrian mi cuerpo, tocando cada milimetro de piel que hallaban a su paso, su tacto cambiaba de rudo a suave tanto como su humor; sus labios carnosos se detenian en numerosos puntos erogenos haciendo que se me erizara la piel... Trataba de corresponder a esos toques aun en la mas restringida de las posiciones, ya que variamos en numerosas ocasiones, lo cual me excitaba todavia mas pues cambiaba con ello el angulo de penetracion, tocando diferentes lugares sensibles en mi interior que hasta ahora no habia sabido que existieran.

-Veo que eres.... tan insaciable como yo -respondiendo a su pregunta- y que mejor.... aliciente que este puedo tener para venir a tu clase?

Trataba de reciprocarle, de recorrer su esbelto cuerpo con mis manos, rodear su cintura con mis piernas para que no se separara de mi y siguiera haciendome suyo. Tome una mano suya y la lleve a mi boca para meterme sus dedos y degustarlos como si fueran un delicioso caramelo. Queria dejarle el calor de mi aliento y besarlo hasta el punto de asfixia.... queria hacer tantas cosas.
Sentia como mis genitales se hinchaban aun mas, aumentando la molestia tan placentera que sentia en mi entrepierna.

Su nombre escapaba de mis labios una y otra vez al oirle susurrar aquellas tiernas palabras.
-No te pares,... amor.... no te pares.... me encanta lo que haces.... y dices...

Nunca habia tenido una sesion parecida a esta con nadie, ni habia hecho a otra persona ni nadie a mi lo que estoy experimentando ahora con Orfeo, mi profesor de musica. A estas alturas se que hay un elemento de riesgo en que nos sorprenda alguien, a pesar de que la puerta esta cerrada, pero esto es precisamente algo que le anade mas especias al asunto. Es excitante el tan solo pensar que alguien podria entrar en estos momentos en clase, o que hay una camara oculta o algo asi y que otra persona nos observa atentamente, pues si ese era el caso habria que darles un buen espectaculo.

-No, no es mucho pedir.... ya te digo, es un motivo mas que suficiente para aplicarme en tu clase...

Mi voz entrecortada debido a los jadeos y suspiros que Orfeo me hacia producir con cada estocada suya, aumentando la intensidad del deseo ardiente que por el sentia al notar que su mano estimulaba mi hinchado miembro al ritmo de las penetraciones, volviendome loco con las fantasias que me venian al pensamiento mientras me tocaba.
Aaahhh... pero lo mejor de todo era experimentar con las ideas tan originales que se le ocurrian, pues ahora combinariamos la lujuria y el sexo con la clase que debia llevar a cabo. Tal como me pidio, me sente sobre sus piernas, haciendo que su miembro me penetrara lentamente de nuevo y una vez ya listo, coloque mis manos sobre las teclas del piano.

-!Manos a la obra pues! -me gire un momento para besarlo y preguntarle en tono algo coqueto y sensual- seguro que esto ayudara con la practica, profesor?... Tiene usted unos metodos.... algo inortodoxos.

Aunque debia reconocer que me encantaban, el profesor ha descubierto un metodo para mantener la atencion de su alumno. Mientras llevaba a cabo el ejercicio, me movia en un suave y lento movimiento de vaiven para sentir su miembro rozar diferentes puntos.

Es curioso el tener que recurrir a tan inortodoxo metodo para que pueda mantener mi atencion por la labor de tocar el piano. Ese instrumento que antes habia considerado tan odioso ahora me parecia mas bien un aliado a este delicioso placer que me estaba siendo otorgado. La manera de movernos ambos, las palabras susurradas, los besos, las caricias, cada gemido... eran sensuales en extremo. Nada mas parecia importarme excepto el disfrutar mas y mas de estas maravillosas sensaciones y de cualesquiera que fueran las consecuencias de llegar a hacer algo asi.

Mis manos se movian con mayor agilidad y precision que antes sobre las teclas blancas y negras del piano. Mis movimientos no son perfectos pero son una mejoria en comparacion a antes. El sigue insistiendo en que continue con mis ejercicios y que aune mis gemidos a las notas del piano que estoy tocando. Sonrio ante tal peticion pues no es eso lo que estoy haciendo de todas formas?
Creo que para recalcar aquel punto aun mas me mordio con bastante fuerza en el cuello, tanto que estuve a punto de venirme alli mismo y mi autocontrol ya es absolutamente minimo.
Deje escapar un pequeno grito de dolor.
-Oye, que yo no soy masoquista...

Aun a pesar de las distracciones seguia practicando las dichosas notas unas y otra vez. Se que nunca llegare a ser un virtuoso, tan solo espero hacerlo lo suficientemente bien para poder complacer al exigente que tengo por profesor, pero quien por otro lado, es un magnifico amante y del que creo que me gustara mucho disfrutar de su compania.

Movia mis caderas algo mas rapido para incitarle a que el hiciera igual...

Tan pronto cose con hilo blanco como con hilo negro, sus caricias de tanto en tanto son algo rudas.
-Tampoco me molesta un poco de dolor, a fin de cuentas la linea que lo separa del placer es muy tenue, no crees? -le pregunto en un susurro. Claro que como le dije no soy masoquista, se que detestaria que se liara a golpes conmigo, el que sea algo rudo esta bien dentro de un limite.

Todas nuestras acciones van paulatinamente subiendo de tono pues no parece que ni uno ni otro vayamos a ser capaces de mantener el control por mucho mas tiempo. En mi caso, me siento como si estuviera a punto de estallar, mi zona mas sensible ya alcanzo su maximo tamano tanto en longitud como en grosor hace ya un buen rato debido a toda la estimulacion que estaba recibiendo.
Casi involuntariamente sigo tocando las teclas sin saber si lo hago bien o no pero de pronto siento sus manos sobre las mias apartandolas del piano y no se como sale de mi y gira mi cuerpo para ahora tenerlo frente a frente. Casi inmediatamente vuelvo a sentirlo dentro mio, atrapadito y palpitante.

Nuestros vaivenes hacen que me excite mucho mas, el roce de su abdomen contra mi hombria ya se convierte en demasiado estimulo pues ya verdaderamente no puedo contenerme mas. Repito su nombre una y otra vez.
-Voy a... venirme..... -le dije jadeante.
Mi voz casi se volvio un grito pues mi calida esencia escapaba de mi.

Y tal como me pidio llegamos al magnifico crescendo de un orgasmo casi simultaneamente, tanto uno como otro ya llevabamos largo tiempo tratando de contener la maxima expresion del placer en un hombre. Senti mi esencia resbalar por las pieles de ambos y la suya tan calida que me quemaba por dentro, no literalmente, claro esta, sino que producia una maravillosa sensacion como la de estar en invierno al lado de una chimenea que te envuelve con su dulce calor.
Su rostro se veia hermoso, sus ojos dilatados, la transpiracion que a ambos nos cubria.... y la calidez que emanaba con cada beso, cada abrazo, cada caricia, hasta el mas minimo movimiento en el tenia un significado muy especial.

Sus susurradas palabras en mis oidos causaban estragos en mi, derrumbando cualquier barrera de resistencia que hubiera podido presentarle.
-Eres maravilloso, Orfeo... y no te lo digo por decir... -le dije una vez que pude con muchisima dificultad recuperar mi momentaneamente perdida voz.

Me sentia cansado pero feliz de tenerle entre mis brazos, siquiera que fuera por un efimero momento mas. Cerre mis ojos y me abrace a el, queria que su cuerpo estuviera pegado al mio, no deseaba separarme de el.

Me siento agotado tras lo que acaba de ocurrir, no tan solo fisicamente sino que tambien estas acciones han desatado en mi una serie de sentimientos que permanecian latentes en mi y de los que apenas sabia que existian. Era algo que sentia a nivel personal, no tan solo deseo, ni lujuria.... amor? .... No lo se, pero las sensaciones son unas que no he vivido con nadie mas...
Le sonrio al oirle decir que me ama pues nadie (aparte de mis papas, los abuelitos y otros familiares) me habia dicho algo asi nunca. Aquellas dulces palabras significaban mucho para mi y de repente me entro miedo... miedo de que no fueran genuinas, que tan solo me lo dijera por efecto de la sesion que acababamos de tener.

-Orfeo... gracias.... pero por favor,... no me digas que me amas.... -lo mire a los ojos- a no ser que sea algo genuino...

*Aunque tampoco creas que me acuesto con cualquiera, tampoco esa era mi primera intencion cuando te vi, es solo que... a pesar de tu aparente frialdad, vi algo en ti.... algo que me gusto muchisimo...*

No creo que me este mintiendo, sus ojos reflejan una gran ternura, parece incluso vulnerable.... y me hace sentirme vulnerable a mi tambien. Me apego mas a el, abrazandolo como si fuera un salvavidas. No era virgen antes de venir a clase, pero nunca me habia entregado a nadie de esa forma, ya que siempre he preferido el papel mas activo, pero con el... no me desagrado en absoluto, todo lo contrario.
Acaricie su rostro y su cabello acercandome a darle un tierno beso en esos labios tan deliciosos y volvi a acurrucarme a el.

-Ya se que no me estas mintiendo -le dije tras el beso-... no te creo capaz de hacer algo tan bajo... Es solo que una declaracion asi... bueno, es algo inesperada...

Me emocionaron mucho sus palabras y eso que yo no soy alguien dado a los sentimentalismos ni al expresar verbalmente mis sentimientos, pero en estos momentos nada mas temo que lo que ha acontecido hace apenas una hora no haya sido mas que un espejismo, un sueno del que pronto despertare y que se esfumara. Tengo miedo de que una vez que termine la clase y vuelva a pensar mas friamente se arrepienta de lo que me ha dicho.... tal vez sean solo inseguridades mias pero no me gusta que me rechacen.

Shura... jamás hable tan enserio... dime que quieres que haga para demostrartelo?...........- te amo demasiado... lo siento en mi interior, tengo que decirtelo sino explotaré... se que es rapido... demasiado quizás pero.............. pero quiero... quiero que aceptes andar conmigo Shura...

Me incorpore un poco para poder ver su hermoso rostro de frente.
-Orfeo... no necesito de ningun gesto grandioso, si de verdad me amas tanto como dices entonces la forma de demostrarlo es en que nos conozcamos mejor y que me aceptes como soy, al igual que yo hare contigo. Eso es todo lo que pido... yo tambien siento algo muy especial por ti que nunca habia experimentado con alguien mas...

Dudo un poco antes de continuar porque a mi esto del expresar sentimientos de nunca se me habia dado bien.
-Con eso no te pido que me apruebes la asignatura por mi cara bonita, tu trabajo es una cosa y una posible relacion contigo, otra muy diferente. Asi que voy a necesitar tu ayuda para aprender a tocar el dichoso piano... pero estoy dispuesto a dejarme los dedos ahi de ser necesario y te prometo que sere un buen chico en clase.

Bellos momentos son estos que no esperaba cuando entre por primera vez en la clase. Escuche atentamente sus palabras, observe sus coquetos, sensuales y dulces gestos y me acurruque contra el cuando nos envolvio a ambos con aquella manta.
-No pido mas, Orfeo... -le dije con referencia a las clases-... y gracias por la oferta, porque de verdad que toda ayuda me va a ser poca. (Riendo) Dudo mucho que llegue a tu nivel en cuanto a tu habilidad con el piano; tu eres un virtuoso y eso son cosas que no se aprenden, se nace con ellas.

Entrelazo mi mano con la suya y me fundo con el en un tierno abrazo. Me encanta sentir el calor de su cuerpo tan cercano al mio para poder disfrutar de su maravilloso y varonil aroma. Me siento sobrecogido puesto que lo ocurrido hoy quiza marque el inicio de un importante aspecto en mi vida que hasta ahora habia dado de lado: la posibilidad de una vida en pareja.

Caminaba tranquilo, buscando algo que me habían mandado, algo que no encontraba por ningun lado.

Ya había mirado en todas las aulas y despachos, solo me quedaba uno y deseaba encontrar ese dichoso cuaderno extraviado.

Para mi suerte, me habían prestado la llave maetras, una que no pensaba devolver ya que me otorgaba una ligerita ventaja sobre el resto de profesores.

Al fin, llego a la unica aula que no había revisado, la de musica en la que no se oye un solo ruido, dando por hecho que no hay nadie o en su defecto que no se está llevando a cabo ninguna clase, así que hago uso de mi llave y entro, quedando sorprendido al momento por la imagen que veo.

- ¿Pero que demonios significa esto? - enarco una ceja - ¡¡¡ORFEO!!! - grito - estas son las clases de música que impartes - digo sarcastico - iré enseguida a ponerlo en conocimiento de nuestros superiores - niego con la cabeza frunciendo el ceño.

Siento la sorpresa en ambos, más cuando el atrevido de mi compañero de profesión se atreve a retenerme de un brazo.

- Vamos Orfeo!!! - contesto enfadado - eso es lo que dicen todos, podrías al menos haberlo hecho fuera de estas paredes... ¿es que no tienen verguenza? - digo mirando a Shura - sí, y me refiero a tí tambien Cabrita Loca! no te hagas como que no nos oyes! - suelto de un estirón el amarre de Orfeo que ejercia sobre mi brazo.

Es insolito que yo este diciendo esto, el más pervertido de todos, pero algo de cordura si tengo.

- Sueltame musiquillo, iré a ver al rector a ver que piensa de esto!!

Estabamos compartiendo un maravilloso momento intimo, aun ambos con el trajecito de Adan cuando alguien irrumpio en la clase. Aquello si que fue inesperado puesto que Orfeo habia cerrado con llave, lo mire extranado por una fraccion de segundo antes de que la persona que llevaba en su mano un manojito de llaves dejara oir su voz.
El vitriol y la mala leche que llevaba encima aquel tipo no tenia precio... Orfeo se levanto del asiento y se mostro sin pudor alguno ante el, mostrandole ese hermoso cuerpo desnudo y pidiendole que no dijera nada a sus superiores.

Esta nervioso, de eso no me cabe la menor duda, pero hay algo que me llena de alarma pues aun sentia en mis oidos aquellas hermosas palabras que mi profesor de musica me habia dicho antes: el chico que acababa de irrumpir debia ser otro profesor.... por lo que estoy oyendo en este sitio las clases.... digamos que me esta dando la impresion de que Orfeo usa estos metodos inortodoxos para impartir la ensenanza de su materia.... Seria este un alumno u otro profesor?
Normalmente me habria importado un pimiento puesto que tanto uno como otro somos mayores de edad y lo que acababa de ocurrir se habia hecho con pleno consentimiento de ambos, pero Orfeo me dijo aquellas dulces palabras.... Ahora ya no sabia si las habia dicho en serio o simplemente era su costumbre el hacer tal cosa... o este tipo era simplemente un amante despechado o alguien a quien Orfeo gustaba pero que no era correspondido.... Quien sabia?
Las dudas empezaron a reconcomerme y la escenita que se estaba llevando a cabo me estaba sacando de mis casillas porque no tenia pleno conocimiento de los hechos.

Lance una mirada severa e interrogante a Orfeo pero la gota que colmo el vaso fue cuando el otro: Mask o como quiera que se llamara, se empezo a meter conmigo y llamarme "Cabrita Loca" sin conocerme. Me levante del asiento con una cara de mala ostia haciendo gala de mi ligeramente mayor altura y corpulencia e importandome un rabano el estar completamente desnudo, aparte a Orfeo y arrime al otro profesor contra la pared sin dejarle mucho sitio para poder moverse.

Me encare a el.
-Aclaremos una cosa, profesor (mirando al tipo de arriba a abajo), porque me imagino que al hablarnos asi por lo menos sera un profesor... En primer lugar, dejeme decirle que usted no ha visto nada de lo ocurrido hace unos momentos, tan solo esta sacando conjeturas y aunque hubiera pasado algo, le recuerdo que soy mayor de edad y que no tiene derecho a tirarme nada en cara, mas aun teniendo en cuenta que no soy alumno suyo.

Sin variar demasiado mi posicion ya que Orfeo estaba cerca me gire hacia el.
-Y este quien es?
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Hola, Mariona, com va tot?

Lo miro de muy mal modo, no me gusta que nadie se tome familiaridades conmigo como la de ponerme sobrenombres sin tan siquiera conocerme, eso me parece de un descaro total. Ademas, que demonios estaria este hombre haciendo aqui? Si se supone que es el profesor de cocina no viene a cuento el que este en el aula de musica, a menos que el y....
No, no puedo creerme que eso sea asi puesto que no creo que Orfeo mintiera antes... o si lo hizo... es muy buen actor. La verdad que no se que pensar, esta ridicula situacion me esta enervando de mala manera y no soy nada bonito cuando alguien me hace perder la paciencia.

Orfeo se interpone entre ambos y susurra algo a su oido que apenas pude oir.
-Ademas -mirando al recien llegado- expliquenos que se supone que ha pasado aqui? Que yo sepa estabamos llevando a cabo una clase de musica.