Primera Clase de Quimica

-AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!! no otra vez........-

-Demonios, hoy tengo mi primera clase de Quimica y se me hace tarde!!!!-

-Eso me pasa por estar viendo estupidos chicos jugando un estupido partido de voleybol-

Salgo corriendo de mi casa para dirigirme a la Universidad, llego y pregunto donde queda el salon de Quimica y de paso quien era el profesor....

-Por todos los dioses, un profesor serio y para acabarla regañon!!!?????-

Genial lo unico que me faltaba

Llego al salon ( por supuesto agotada ) y no veo a nadie, por suerte. Entro, me siento y me recuesto un rato mientras lo espero ( nada mas para descansar ), sin querer poco a poco me fui quedando dormida...

Camino calmo, con toda la elegancia que me caracteriza y celebran los alumnos y maestros rumbo al salón, saludando de cuando en cuando con la mano a algunas personas, en su mayoría damas, hasta que me topo con el director, con quien por comentar algunos asuntos me retraso en el camino rumbo a la nueva clase.

Miro mi reloj al entrar, dos minutos después de la hora fijada. Es uan maza de rojos rizos lo que me da la bienvenida, o casi...

- Señorita? - la llamo firme desde la distancia poniendo mi portafolio sobre el escritorio antes de acercarme. Estará llorando? No sería la primera vez que una alumna me usara de paño de lagrimas. Estará dormida? Tampoco sería la primera vez que se diera el caso.

- Señorita? - le llamo uan vez mas, poniendo la mano sobre su hombro.

Siento una mano sobre mi hombro, lo cual me asusta y hace que despierte de golpe.

Al momento de despertarme no pude evitar alzar mi brazo y para mi desgracia le pegue al profesor en su nariz.
-PERDONEME!!!!:xD:soy una tonta!!!!!!! -
-Pero que irrespetuosa soy!!!!!!!!!!!!-

El solamente se queja y se voltea agarrandose la cara.

Quiero tomar su cara para revisar que no le haya sacado sangre, pero no me atrevo, me muero de la verguenza.

Lo unico que puedo hacer es pedir mas disculpas y ofrecerle un panuelo que teji.

-Profesor.....digame que esta bien-
-Todavia no empieza el curso y ya le estoy causando problemas-
-Me reprobara por esto, verdad-

Ah, la jovencita está despierta. Y se levanta como un rayo, asustada. En mis años de profesor es cierto que he visto algunas cosas dignas de mención, pero no me había sucedido aun que una chica me golpeara en la nariz. Escucho sus sentidas disculpas y le hago un gesto negativo con la mano para evitar que se acerque mientras me acerco al portafolio buscando algo, algo que ella me ofrece.

-Profesor.....digame que esta bien-
Saco mi propio pañuelo, poniéndola sobre mi nariz, solo para descubrir que afortunadamente no me ha sangrado. Ah, que maravilla. Me despejo el rostro, aliviado y escuchando todavía el discurso desesperado de la chica.

-Todavía no empieza el curso y ya le estoy causando problemas- -Me reprobara por esto, verdad-

Supongo que sería una buena idea para otro profesor, pero no, nada mas alejado de mis pensamientos. Sonrío, ya imaginándome de cómo será este curso si esta niña es así de torpe para todo.

- Descuida - digo al fin, negando con la cabeza - ha sido un accidente. - aun llevo en la mano mi pañuelo y entre las manos de ella luce el suyo, tejido a mano al parecer. – Guárdalo – le pido, con un atisbo de sonrisa y colocando la mano sobre las suyas – o sino el profesor de historia te verá y comenzará un discurso sobre que entregar un pañuelo significa compromiso de matrimonio en algunas tribus mesoamericanas. –digo con sonsonete. Ayer me encontré al profesor citado y me dijo eso y muchas cosas más. Es que no se cansa nunca de hablar de su materia?

- Bien, supongo que ya las presentaciones sobran. – afirmo, indicándole que se siente de nuevo y deje atrás el incidente. – usualmente trato a mis alumnos con bastante seriedad, pero creo que ya nos conocemos mejor que es, no? - pobre muchacha, esta roja como un tomate y yo continúo haciéndole rasguños a su frágil estado de ánimo. Me siento en el filo del escritorio, mirándola. - como te gusta que te digan... – me volteo un segundo mientras busco en la lista su nombre completo – Marin Elise… - es un bonito nombre, pienso mientras mis ojos viajan entre las hebras de su bonito cabello rojo. – A mí, puedes llamarse Saga, si gustas.

-Ehh,yo,bueno...llameme como usted guste....profesor-


Le sonrio, evadiendo el tema en vista de que la noto fuera de balance aún, así que me doy la vuelta para sentarme tras el escritorio al fin, sacando el material para comenzar con la clase.

- Bien, Marin - eljio deliberadamente su primer nombre, pues generalmetne todo mundo es llamado de tal forma, o sérá que le dicen Elise? - si estás lista podemos comenzar con un sencillo repaso y unas ecuaciones de compuestos simples, te parece? - le sonrio de nuevo, pero esta vez mi sonrisa no es afable, es mas bien una sonrisa que conquista, que dice soy tu profesor, mas vale que pongas atención.

Me levanto, colocando varios plumones en la esquina del escritorio junto con el borrador.

- Pasa - le indico con un suave ademán, señalando al pizarrón.

La observo, tratando de concentrarse en los ejercicios mienras los minutos que compartiremos a diario se van haciendo menos, fuera de algunas correcciones su desempeño es bastante bueno y es ese el motivo que ocasiona que cuano termina la clase y luego de guardar mis cosas le pregunte...

- Por qué escogiste esta clase, Marin? - le cuestiono como al descuido, solo por hacer conversación, sin embargo de reojo atiendo a su reacción.

Termina de escribir los ejercicios y me sede el lugar para resolverlos.

Mientras estoy con mis calculos, el se acerca y se atraviesa para borrar un resultado y escribir el correcto ( fue un error de calculo ), volteo a verlo y me sonrie, tenia una sonrisa muy linda, una sonrisa que tranquilizaba.

Terminamos con este pequeno repaso y comenzo a guardar sus cosas, yo me fui a mi lugar e hice lo mismo, cuando lo escucho preguntar...

- Por qué escogiste esta clase, Marin? -

Me detengo y alzo mi cabeza para mirarlo.

- Porque siempre he sido una persona muy curiosa, me gusta experimentar, aprender cosas nuevas y la quimica no seria la excepcion.-

Con lo mucho o poco que he hablado con el, me sentia muy a gusto, en verdad este es el profesor de quimica?, no tenia nada que ver con lo que me habian contado!!

- Porque siempre he sido una persona muy curiosa, me gusta experimentar, aprender cosas nuevas y la quimica no seria la excepcion.-

Mientras su bonita voz ha borboteado aquellas palabras, ya estoy cerca de ella esperando a que ella sea la primera en salir, después de todo, en mi casa me enseñaron que las damas debían ir primero. Bromas aparte, su respuesta no es lo que esperaba y le sonrío con cierta indulgencia.

- Es extraño - contesto, afable – tienes talento y sin embargo estás aquí por mera curiosidad – mis ojos se posan en los de ella - y yo que pensaba proponerte que te inscribieras a la olimpiada de química que habrá en noviembre – suelto encogiéndome de hombros, indicando con un gesto de la mano que puede salir.

- Es extraño -
– tienes talento y sin embargo estás aquí por mera curiosidad –
- y yo que pensaba proponerte que te inscribieras a la olimpiada de química que habrá en noviembre –

-Error, dije que soy curiosa, mas no que entre a tomar quimica por curiosidad, ademas soy una persona que le gustan mucho los retos-

Salgo del salon, pero me detengo y volteo a verlo de nuevo...

-Pero......mmmmm, por que no?, sera divertido, acepto inscribirme en la Olimpiada de Quimica-

Seguido de esto le regalo una sonrisa.

-Bueno profesor lo veo mañana, que tenga un buen dia-

Al siguiente dia, llegue al salon muy temprano y no habia nadie aùn. Tranquilamente me voy a mi lugar y acomodo mis cosas.

Saco con mucho cuidado de mi mochila una bolsa muy bonita de celofan que tenia unas galletas muy ricas de canela horneadas por mi, y la puse en el escritorio de mi profesor Saga.

Regreso a mi lugar y saco mi libro y comienzo a repasar algunos temas.

El sol brilla tan intenso esta mañana que me he puesto los lentes oscuros. No me importa lo que digan por ahí de mí, el sol de hoy es como para freir un huevo en plena calle.

Entro, celebrando el hecho de que las aulas cuenten con aire acondicionado, con mi infaltable maletín y los lentes oscuros, que no impiden ver que Marin ya está en el salón. Miro mi reloj, faltan aun 5 minutos para comenzar la clase y ya está aquí. Será que esta chica no duerme Quiero decir, van a ser las 8 de la mañana!

- Buenos días, Marin - saludo dejando el portafolio sobre la mesa y quitándome los lentes con aquel halo de estrella de cine que tanto me celebraba una de las profesoras, parte del motivo porque dejé de usar lentes oscuros. Hay algo que llama mi atención en el escritorio, una bolsita transparente cuyo contenido es inequívoco. Galletas. Tomo el paquetito, sopesándolo mientras la observo con cierta cautela, después de todo, esta niña es todo un misterio...

- Para mí? - cuestiono con tono ronco - No estarás intentado probar con cual veneno me muero mas pronto, o sí? - no puedo evitar sonreirle mientras aqrqueo la ceja, porque sí, estoy gastándole una broma, aun no estoy seguro de si le agrado o no.

-Si, si son para usted, pero no, no quiero matarlo--Vera, es un pequeño detalle para compensar lo del incidente de ayer--Espero y le gusten-

- Seguro que me gustarán – le respondo, dejando el paquete a un lado de mi portafolio antes de sacar de este lo necesario para la clase, que transcurrió como la anterior bastante rápido, al menos para mí.

Y en un parpadeo estamos en octubre y reviso los ejercicios que le he pedido a Marin el día de ayer mientras ella aguarda mientras resuelve unos más en el pizarrón. La olimpiada está cerca y trabajamos todo lo posible.

- No, Marin - la interrumpo, colocándome a su lado frente al pizarrón, ofuscado del tiempo que se agota y el mismo error que mi alumna comete una y otra vez. – Volvemos a lo mismo, te has equivocado en el radical! – exclamo, colocándome ligeramente detrás de ella, tomando su mano para marcar el error con un círculo gigantesco y escribir encima el correcto. No ha sido muy propio de mi parte tal cosa, así que asimilando el error, suavizo el agarre de mi mano sobre la suya, acariciando ligeramente su muñeca. – Lo siento – susurro con voz ronca poniendo la mano en su hombro - no fue mi intención lastimarte - elevo su mano para observar que no haya daño alguno, acariciando nuevamente aquella suave piel luego de confirmar que está bien. Su perfume de flores frescas inunda mis sentidos mientras nos miramos.

Su reacción es mas rabieta que molestia. Sí, lo sé, no debí haberlo hecho, pero le he pedido disculpas, no es así?! Me quedo un segundo junto al sitio, mirando el plumón tirado en el piso antes de decidirme a recogerlo y colocarlo sobre el escritorio.

- Marin? – le llamo con voz serena - continuamos? - no parece tener intención alguna de seguir, pero tengo que preguntárselo.

Esta bien, acepto que exagere un poco las cosas pero... en verdad si me dolio mucho que me gritara!!!

- Marin? –
- continuamos? -

Suspiro y lo volteo a ver...

-Lo siento, no debi reaccionar asi-

-No quiero que tiremos a la basura lo que hemos logrado-

-Prometo estudiar mas-

Vuelvo a dirigirme al pizarron para continuar con los ejercicios, con mi cuaderno en mano, pues queria demostrarle a mi profesor que aun estaba interesada en seguir preparandome para ese evento que era muy importante, sobretodo para el.

El se encontraba a mi derecha mirandome.

Hola, Marin. Angelus me pidio que sustituyera a Dyrbar. Espero no estar saliendome de la tangente.
****************************************************************************************
Tras el pequeno incidente del apreton, Marin continuo con sus ejercicios en la pizarra ante mi atenta mirada, escribiendo aquellas larguisimas ecuaciones y formulas que a veces hasta a mi dan dolores de cabeza, claro que, siendo profesor no voy a admitirlo delante de ninguno de mis alumnos, sino mi credibilidad se iria por los suelos.
No le quito la vista de encima, cada uno de sus languidos movimientos de mano al moverse sobre la pizarra, su cara de concentracion... A fin de cuentas, si queria asistir a la competicion debia esmerarse puesto que tanto en las otras clases como en los otros centros que participan en ese evento hay alumnos de gran calibre.

Llevo mi mano a la barbilla mientras reviso que las cifras escritas sean correctas.
-Esto esta ya mucho mejor que antes, sigue asi.

-Esto esta ya mucho mejor que antes, sigue asi.-

-eehh.... cla...claro...profesor-

Termino de resolver los ejercicios y me hago a un lado del pizarron para que mi adorado profesor pueda revisarlos.

Mientras lo hace, le miro detenidamente, èl se percata de mi acciòn y me regala una linda sonrisa.

Yo le correspondo pero con una media sonrisa y enseguida regreso a mi lugar para esperar mis resultados.

La verdad todo se me habia juntado hoy; primero su regaño y luego mi cansancio.

Reviso la enorme ecuacion que ha estado escribiendo y que ocupa casi todo el espacio disponible en la pizarra. Me lleva varios minutos de intensa concentracion y todo va bien, solo que cuando llegamos al final veo que aunque el resultado en si es correcto, hay un simbolo negativo en lugar de uno positivo en una porcion del final.
Quizas fueran tan solo los nervios al escribir y un error de omision.... pido que me deje ver su cuaderno y comparo las notas con lo de la pizarra viendo que en el cuaderno estaba correctamente escrito.

-Bien, Marin -digo senalando el pequeno fallo- la proxima vez deberias fijarte un poco mas, sobretodo si vas a competir pues alli no te toleraran ni un solo fallo. Tus notas son correctas, asi que asumire que tan solo se trata de un pequeno lapsus.

La observo un momento y me da la impresion de que no se encuentra bien. Me siento a su lado.
-Todo bien?... pareces cansada -rio- a veces estas malditas cifras le frien a uno el cerebro, no crees?

Se sento un momento a mi lado...

-Todo bien?... pareces cansada -
- a veces estas malditas cifras le frien a uno el cerebro, no crees?-

-Si..... gracias, solo estoy algo cansada es todo-
-Aunque si, a veces desesperan a uno-

Rio un poco por su comentario.

Noto que ya es un poco tarde, guardo mis cosas y me paro de mi lugar para dirigirme a la salida del salon.

-Estudiare mas profesor, se lo prometo-
-Lo veo mañana-

-Estudiare mas profesor, se lo prometo--Lo veo mañana-



Me
siento miserable con su discurso y su actitud callada, es mas que evidente que su esquiva actitud se debe a lo ocurrido hace unos minutos, ah!, es como una
bofetada en el rostro cada vez que me ignora. Y me molesta también el
hecho de que me preocupe tanto, ella es solo una alumna y nada mas! Por
qué tiene que afectarme su molestia mas allá del mero hecho de que soy
su profesor? Me acomodo el nudo de la corbata azul mientras aparto mis
pensamientos de un lugar al que no deseo que lleguen mientras mis ojos
siguen el movimiento de sus manos guardando sus cosas.

-
Sí, es tarde - comento sin respuesta de su parte tras mirar mi reloj y de nuevo aquel
desagradable sentimiento de desesperación se va apoderarndo de mí. Por
qué? Me repito una vez mas. Su perfil delicado y aquella masa de rizos
rojos inerme frente a mí está comenzando a afectarme. Suspiro de nuevo,
recogiendo mis cosas para serenarme. Está lista para marcharse y se que
debo dejar las cosas como están, al fin ella es mi alumna solamente,
sin embargo... me vuelvo hacia la ventana un momento, como buscando
algo en el exterior, como esperando que se marche ahora que estoy de
espaldas, ahora que todavia es una posibilidad remota cometer una
tontería.

Me vuelvo. Ahí está todavía! Jovencita tonta, debió
de haberse ido cuanto antes como todos los días. Acomodo el nudo de la
corbata una vez mas antes de despegarme de la venta y acercarme
despacio luego de recoger mi maletin.

- Escucha Marin - comienzo
suave - lamento mucho haberte gritado - pongo la mano sobre su hombro
atendiendo a su reacción - quiero disculparme contigo - explico - hay
algo que pueda hacer por tí, algo en especial? - cuestiono - falta poco
para el concurso y pensaba invitarte a comer antes de eso, para
agradecer tu esfuerzo - sin darme cuenta uno de sus mechones rojos se
enredan en mis dedos - podemos ir mañana si quieres, aunque ahora será
una comida de disculpa mas bien - puntualizo con cierta ironía. - Te
parece? - una pausa - si quieres puedes volver a traer tus galletas
envenenadas si no estas de cuerdo - bromeo esperando su respuesta. - O
puedes volver a golpearme en la nariz, lo que te parezca mejor. - No
planeaba avergonzarla, pero al parecer en algo funcionó, una pequeña
risita aparece sus labios y la detecto aunque baja el rostro, mi mano
no espera y viaja hasta su barbilla, levantandola para hacer
que me mire. Sus hermosos ojos brillan cuando acaricio despacio su
mejilla.

- Yo... - me - si, me... gustaria ir co...con usted, profesor - -Lo veo mañana


Son las 5.46 de la tarde y faltan pocos minutos para terminar por el día de hoy y las palabras de Marin se cuelan en mi cabeza mientras reviso los ejercicios. Cierto que sonreí cuando se despidió dejando un beso en mi mejilla, espero que de ahora en adelante las cosas vayan bien.

- Bastante bien – digo con una sonrisa, devolviéndole el cuaderno. – En unos minutos nos iremos, aunque el sitio será una sorpresa. – Agrego misteriosamente. – Te parece bien?


Al cabo de unos minutos estuvimos fuera, en el auto, al fin hemos empezado a platicar un poco, lo cual me anima bastante. No sé por qué, me siento emocionado como si se tratara de una cita de verdad. Niego con la cabeza esos pensamientos mientras entramos al estacionamiento del castillo. Sí, es un castillo de verdad, un sito muy exclusivo que solo abre durante unos meses al año. Miro de reojo su expresión respecto de lugar.

El sol está poniéndose cuando desciendo del vehículo y me apresuro a abrirle la puerta para entrar al sitio, espléndido e iluminado por la suave luz de candelabros de cristal cortado. El garçon nos conduce a la terraza, un balcón iluminado apenas con la luz de las velas desde el que se divisa el jardín de estilo japonés con unas escaleras que llevan a una especie de kiosco bañado por la luz de la luna.

Sonrio a Marin cuando tras habernos sentado, una música de violín comienza a tocar a nuestro lado.

- Espero que sea de tu agrado – menciono misteriosamente, mirándola a los ojos